domingo, 25 de septiembre de 2011

Verdaderos discípulos

Hace unos días hablaba con un amigo sobre la razón por la que Jesús había escogido a sus discípulos, y le respondí según lo que yo pensaba, pero me quede meditando acerca de esto y de como Jesús pudo saber que ellos debían de ser sus discípulos, y pude darme cuenta de que todos ellos tenían algo en común, y era que ninguno de ellos dudo en dejar todo por seguirlo, cada uno de ellos sabía que vendría persecución y sufrimiento a sus vidas y no les importó, por el simple hecho de quererle servir a Jesús, así que siguieron adelante.
“Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.» Al instante dejaron las redes y lo siguieron. Más adelante vio a otros dos hermanos: Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó, y dejaron en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron”.  (Mateo 4: 18-22) Tanto Pedro y Andrés, como Jacobo y Juan, dejaron lo que estaba haciendo al instante y comenzaron a seguir a Jesús plenamente.
Del mismo modo nosotros si en realidad queremos ser discípulos de Jesús, no podemos estarnos lamentando de cosas que hicimos en el pasado, ni podemos estar pensando en las cosas que dejamos atrás, con esto no me refiero a olvidar a las personas que amamos y que significan mucho en nuestras vidas, sino a que debemos enfocar nuestra mente al servicio de Dios, porque en la Biblia dice: “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará”. (Mateo 10:37-39) esto no quiere decir que odiemos a nuestra familia si queremos agradar a Dios, de ninguna manera, si no que no debemos de preocuparnos porque van a pensar ellos, o las personas que estén alrededor de nosotros, de acuerdo al servicio que vamos a ofrecerle a Dios, porque una vez que decidamos poner nuestras manos en el arado no podemos volver a ver lo que se queda atrás, “Jesús le respondió: Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios”. (Lucas 9:62) 
Tenemos que tener presente que servirle a Dios a un nivel de discípulos, no será tarea fácil, pues tendremos que soportar lo que se nos viene encima, persecuciones, burlas, rechazos, etc., pero puedo dar testimonio que todo esto vale la pena, así que si queremos ser escogidos por Dios como sus discípulos debemos de dejar que se cumpla su voluntad sobre nuestras vidas, así como Jesús aceptó la voluntad de Dios al morir en la cruz. Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora. Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú. (Marcos 15:35-36) Jesús sabía que lo que venía era difícil, y oró para no tener que pasar por eso, sin embargo dejo que se cumpliera la voluntad de Dios sobre su vida, así mismo nosotros debemos de seguir sus pasos y soportar lo que venga, porque si Jesús sufrió y aguanto todo por nosotros, como no vamos a sufrir nosotros y aguantar todo por Él.
“Y con muchas parábolas semejantes les enseñaba Jesús la palabra hasta donde podían entender. No les decía nada sin emplear parábolas. Pero cuando estaba a solas con sus discípulos, les explicaba todo”.  (Marcos 4:33-34) con este versículo podemos ver que si desarrollamos una relación de Maestro-Discípulo con Dios, Él nos revelará cada uno de sus misterios, pues al estar a solas con Él, Él nos aclarará todas nuestras dudas.
Así que al final, todo lo que hayamos pasado, o lo que tengamos que pasar por servirle a Dios como verdaderos discípulos, ¡valdrá la pena!

viernes, 26 de agosto de 2011

¿Quieres regresar a Egipto?


¿Quién de nosotros no tiene un pasado? Nadie ¿verdad?, cada uno tiene una historia diferente…
En lo personal todo lo que he pasado ha sido por malas decisiones que tomé, malas amistades y por querer ser alguien que estuviera al “nivel” de los que me rodeaban…
No es que haya tenido una vida mala hasta el momento, pues he tenido una familia unida, he tenido la oportunidad de estudiar lo que he querido,   inclusive he viajado; no es que venga de una familia adinerada, pero si de una familia que me ha podido dar todas las comodidades necesarias para vivir bien. Sin embargo parece que todo eso no era suficiente para llenar un vacío que tenía en mi vida.
Cuando estaba en el colegio siempre fui una de las personas que pasaban desapercibidas, una de las personas más tranquilas y “estudiosas” (o al menos eso era lo que  los demás pensaban), era una persona que se consideraba a sí misma “fea” y era una de las menos populares y además era gorda!  A medida que fui creciendo nada cambio… o al menos físicamente no, pero cuando estaba en bachillerato conocí a personas diferentes.
Ese mismo año “conocí” a Jesús y supe que había venido a morir por nuestros pecados, y me gustó el Jesús que me “vendieron”, un hombre que murió por mí y que me iba a perdonar lo que hiciera.
El problema fue que aunque pensaba que lo conocía, mis amistades me alejaron de Él tan fácilmente, que ya ni si quiera me interesaba por ir a la iglesia ni por saber nada de Él.
Para terminar de alejarme conocí al que fue mi novio por más de 4 años…  4 largos años…
La  primera vez que lo vi, me pareció que era el niño más guapo que había visto, y de hecho era muy guapo, entonces como se me iba a ocurrir si quiera que alguien como él iba a andar con alguien como yo!!
Pero ¿qué creen? Al poco tiempo de conocernos empezamos una relación… que emoción ¿no? haha pues la verdad no, porque no sabía lo que venía, pero en ese momento “brincaba en un pie” de la felicidad…
A todo esto yo tenía 15 años, y así empezamos todo bien, felices y no teníamos ningún problema, él era perfecto!!!  O al menos así lo veía yo, lógicamente estaba enamorada, y cuando uno se enamora no le ve defectos a la otra persona, pero él era alguien extremadamente celoso y posesivo. Recuerdo una vez encontrarme con un amigo, que en mi opinión no era muy atractivo, o quizás era porque yo no tenía ojos para nadie más que solo para mi novio, entonces cuando nos vimos nos saludamos con un beso en la mejía, algo muy normal entre amig@s cercanos, pero a él no le pareció normal y se molestó tanto que dejo de hablarme por un momento y yo desesperada porque a él se le pasara el enojo, hasta que por fin el decidió que ya era hora de perdonarme mi “falta”. De esta forma perdí a muchos de mis amigos, tanto hombres como mujeres, pues ellos sabían lo manipulador que era y se molestaban conmigo, pero ellos no entendían que lo amaba!!  También deje de ir a la iglesia pues él no era cristiano e incluso su familia pertenecía a una secta muy conocida que pensaba que “Jesucristo hombre” ya estaba en la tierra, o algo así era, en fin, eso me alejo más de Dios. Y me sumergí en una relación abusiva, pues con el pasar del tiempo peleábamos mucho y siempre era yo la que tenía que pedir perdón, pues él me hacía creer que la que hacia mal las cosas era yo, y en una relación que incluía sexo.
Hoy en día el sexo se ve como algo tan común en los noviazgos, más la presión que sentía por parte de mis amigos en ese entonces (pues la mayoría ya estaba teniendo relaciones sexuales con sus respectivos novios), me hizo caer a mí también en eso, y de alguna forma me hizo sentirme al nivel de los demás, pues ya no era una persona que pasaba desapercibida, si no que me había convertido en una más del montón.
Cuando llevábamos 2 años de relación él pensó que con una no era suficiente y me dejó por otra, fue claro conmigo al decirme que estaba aburrido y que quería estar con alguien más lo cual me dejo destruida, para no hacer mucho más larga la historia, al poco tiempo regresamos y así pasaron 2 años y medio más, hasta el día que el intento golpearme pues yo ya estaba empezando a aburrirme de su actitud y le hablé de una forma grosera, y él me levanto la mano, en el momento me asusté y me quede helada, pero cuando reaccione, le di una bofetada, a la cual él no respondió, gracias a Dios, pues si hubiera decidido golpearme sé que me hubiera lastimado. Ese día en la noche me di cuenta de que habíamos llegado muy lejos, y de que esa relación no iba a mejorar por más que tratáramos, porque aunque le había rogado que cambiara su actitud hacia mí, a él no le importaba lo que yo sintiera, en ninguna forma, si no que mientras él estuviera bien, entonces todo estaba bien. Decidí acabar con esa relación esa misma noche, pero venia la parte más difícil, decirle a él…
Cuando se lo dije lloró tanto que un poco más y me conmueve, después intento chantajearme de muchas formas, a las cuales por más que me hacían sentir mal, no cedi.
Así empecé a hacer mi vida de nuevo, tranquila, y cumplí 20 años, lamentándome el haber perdido casi 5 años en esa relación, pero en fin, no podía regresar el tiempo, mas podía seguir adelante y empezar de nuevo, y bien.
En todo ese tiempo había sentido un remordimiento grande porque sabía que el tipo de relación que había llevado no era algo que le agradara a Dios, pues por más que Jesús haya venido a morir por mis pecados, estaba pecando deliberadamente.
Lo más lógico sería que hubiera aprendido mi lección, pues todo me había salido mal, pero ¿me basto eso para no seguir en lo mismo? Por muy tonto que parezca, no, eso no fue suficiente, pues empecé a tener otro tipo de amistades; amistades que me llevaron a tener una vida más despreocupada, empecé a fumar y a tomar y me seguía sintiendo bien por todo eso, a parte había cambiado mucho físicamente y ya no era más la niña gorda, estudiosa, que pasaba desapercibida…
En ese tiempo un amigo me invitó a su iglesia y empecé a ir, desde el primer día pude sentir que la presencia de Dios en ese lugar era real, y me gustó, así que seguí yendo, pero al mismo tiempo conocí otro muchacho que nuevamente me hizo alejarme de Dios, o tal vez no fue tanto él, sino que yo aún no estaba firme en lo que creía, el caso es que me alejé nuevamente y me volví a sumergir en una relación parecida, solo que esta vez él si me trataba “bien” así que empecé a mentirle a mi familia cada vez que salía con él, pues ellos no sabían nada de él, y fue tanto así que incluso salí del país con él por unos días, diciendo las mentiras más elaboradas para que mis padres no se dieran cuenta, pues si se hubiesen dado cuenta me hubiera metido en muchos problemas ya que ellos son muy tradicionales. Pero Dios había puesto en mi vida personas que fueron de gran ayuda, incluso sin saberlo, para que yo regresara. El pastor de  la iglesia a la que voy, el cual considero un buen amigo, durante ese tiempo, estuvo pendiente de mí, diciéndome que tratara de llegar, al igual que varias personas de la congregación con las cuales había desarrollado una buena amistad y que decían que les hacía falta durante los servicios. Ellos fueron un gran instrumento que Dios usó para llevarme de vuelta. y empecé a ir de nuevo a los servicios, y Dios empezó a hablar fuertemente a mi vida, a través de los mensajes que se predicaban,  Y sabiendo que lo que yo estaba haciendo, estaba mal nuevamente, llegue a un momento en el que tenía que elegir que quería, si a Dios o a mi novio…
Hasta este día ha sido una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar, pues estaba enamorada de él e incluso más intensamente de lo que había estado antes, pero entonces llegue a una conclusión: en el futuro podía tener otro novio, pero otro Dios jamás!  Así que decidí terminar esa relación también, no fue fácil, y me dolió mucho, pero le pedí tanto a Dios que me ayudara a alejarme de él, que incluso permitió que él de la nada, empezara a actuar diferente y me di cuenta que tenía otra  novia, esto obviamente me hizo las cosas más fáciles y me termino de confirmar que él no era para mí. En este momento de la historia yo me había acercado mucho más a Dios y eso también me ayudo, pues sabía que si terminaba con mi novio, no me iba a arrepentir. Y hasta el momento así ha sido, me aleje de todo, ya no tomó, ya no fumó, ni hago nada de lo que solía hacer, el cambio ha sido total, e incluso mis amigas más cercanas no creen que en realidad cambie haha pero lo hice!
Ahora veo hacia atrás y pienso que no cambiaría nada de eso, es decir, si hubiera tenido la oportunidad de elegir, entre lo que hice y lo que era correcto, hubiera elegido lo que era lo correcto, pero ahora que ya pasó y que no puedo cambiar el pasado, incluso si tuviera la oportunidad no lo haría, pues sé que mi experiencia puede ayudar a alguien más a entender que nada puede llenar nuestras vidas de la manera en que Dios la llena, ni el alcohol, ni las drogas, ni el sexo, ni un novio o una novia, etc., y  aunque solo fuera una persona, e inclusive si solo una persona llegara a leer hasta el final de esto, y le ayudara, entonces sabría que valió la pena pasar por todo lo que pase. Pues espero que mi ejemplo ayude a alguna señorita o joven que este en una situación similar a saber que no importa lo que hayan hecho, Dios es un Dios misericordioso que tiene cuidado de cada uno de nosotros y que si realmente nos arrepentimos podemos regresar a Él y Él nos recibirá con los brazos abiertos sin echarnos nada en cara.
Y aunque aún tengo mis luchas, pues no soy perfecta, sé que estoy “parada en roca firme” y que los planes que Dios tiene para mi vida, son planes de bien y no de mal, y el saber que Él me ama de una manera que no se compara con el amor de nadie más, pues fue capaz de mandar a su hijo a morir por nosotros, me hace permanecer firme en las decisiones que he tenido que tomar para seguirlo, y me hace no arrepentirme de todo lo que he tenido que dejar atrás.
Para terminar con todo esto, se preguntaran porque esta entrada se llama “¿Quieres regresar a Egipto?
Pues, hace días estaba leyendo acerca de las plagas de Egipto, y de como Dios sacó a los Israelitas de ahí, y me pregunte: “¿Cómo Dios siendo Dios no los sacó de una vez y tuvo que mandar tantas plagas? Y leí esto:” Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo. Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros”. Éxodo 14:17-20 y esto: “Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.  Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.  Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo” Éxodo 14:29-31… Entonces me di cuenta que es como nosotros, aunque Dios hiciera las cosas de una sola vez, para nosotros no es suficiente, pues volvemos a caer y regresamos a Egipto, en cambio cada vez que pasamos por dificultades, en mi caso, todo lo que pase, o en cualquier otra circunstancia, en necesario que las pasemos, pues Dios se glorifica en nuestras vidas, nos saca de Egipto y nos hace libres. Así que no reneguemos por lo que estemos pasando y tengamos en cuenta que así como Dios iba con los Israelitas, va con nosotros y al final se glorificara y podremos mirar hacia atras a los egipcios muertos y creerle a nuestro Dios y así no volver atrás. 

Una verdadera prueba de amor


Hace algún tiempo me pidieron que escribiera un ensayo de que era la Biblia para mí, y llegue a esta conclusión...
"Es solo un libro más, eso era lo que pensaba antes de conocer a Dios. Nací y crecí en un hogar católico en el que me formaron con valores y principios. Incluso estudié en un colegio católico, pero jamás me había interesado si quiera en abrir la Biblia. Sabía que la Biblia era la palabra de Dios, ¿Cómo lo sabía? pues era la que me habían dicho en el colegio, también sabía que habían 10 mandamientos en ella, que tenía que cumplir, porque era lo que Dios quería. Pero ¿Quién era ese Dios para que me dijera lo que tenía que hacer o dejar de hacer? si lo único que sabía de Él era que me había creado, y esto también porque me lo habían dicho. 
Entonces empecé a vivir como se me daba la gana, haciendo lo que quería, sin importarme las consecuencias. En mi camino encontré buenos amigos y otros que yo pensaba que eran buenos amigos, y resultaron siendo los peores. Pero en ese entonces yo me sentía bien por estar rodeada de esas personas, pero a pesar de tener esos amigos y de tener todo lo que quería, sentía que había algo que me hacía falta....
Fue hasta los 14 años que por medio de una amiga empecé a ir a una iglesia evangélica. Al principio me sentía fuera de lugar, pero me gustó porque era algo a lo que yo no estaba acostumbrada. Todo era nuevo y diferente, no era la misma monotonía a la que estaba acostumbrada a seguir, así que seguí yendo. Al poco tiempo compre mi primera Biblia.  Como nunca antes había tenido una Biblia, empecé a revisarla, y poco a poco fui encontrando textos que impactaron y marcaron mi vida. Uno de los textos que encontré y uno de los que más me impacto es Eclesiastés 3, que lleva por título "Todo tiene su tiempo"; Cuando leí esto ya tenía 15 años y me llamó la atención el hecho de que como joven tenía que tener presente de que todo lo que hiciera en el futuro, iba a tener su debido tiempo, y que las decisiones que tomara, fueran buenas o fueran malas iban a tener sus consecuencias más adelante; No había pasado mucho tiempo, cuando empecé a llevarme con las personas equivocadas de nuevo, personas que me hicieron olvidar por un momento todas las cosas que yo había descubierto a través de la Biblia, y empecé a vivir otra vez como quería, con la diferencia que ahora si ya sabía que lo que estaba haciendo no le agradaba a Dios, pero no me importó. ¿Tenía remordimiento? Sí, pero no quería dejar de hacer las cosas que me gustaban.
Así pasaron 5 años más, ya ni siquiera iba a la iglesia, porque me sentía hipócrita al estar ahí, y pocas veces abría la Biblia, pero entonces volví a sentir que me faltaba algo, aunque en esta ocasión ya sabía que era: Dios.
Durante todo este tiempo siempre tuve presente Eclesiastés 3, y sabía que yo no estaba siguiendo eso, pues nada de lo que hacía era en su momento. Empecé a sentirme mal conmigo misma, pero más que todo con Dios; comencé a leer la Biblia de nuevo y muchos de los versículos que encontraba estaban relacionados a la situación a la que estaba pasando, entonces entendí que no era casualidad, sino que era Dios hablándome a través de su palabra. Al descubrir esto me arrepentí de haberme alejado de Dios y de la manera en la que había llevado mi vida. Al poco tiempo empecé a ir a una nueva iglesia, y ahí encontré a mi segunda familia, el amor que Dios puso en ellos, para mí, hizo que me quedara y me ayudó a empezar a dejar mi pasado atrás, pero aún me sentía culpable por todo lo que había hecho, y me preguntaba una y otra vez si de verdad Dios podría perdonarme. Entonces encontré esto: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no esta en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" 1 Juan 1: 8-9. Así que me di cuenta que no importaba todo lo que hubiera hecho, si realmente me arrepentía Dios me iba a perdonar. 
Pero a pesar de saber esto y de tener a mi nueva familia (la cual me hacia las cosas más fáciles) dejar muchos de mis viejos amigos, mi novio, y la vida a la que estaba acostumbrada, me estaba costando. Aunque sabía que no me convenía estar con ellos, los quería y separarme de ellos me dolía, y entonces me acordé de uno de los versículos que había encontrado años atrás, que dice: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" Romanos 8:28. Muchos pueden pensar que dejar amigos (o personas que amamos) atrás, es algo exagerado, pero cuando me di cuenta que Dios tiene un plan para mi vida, un plan perfecto, dejar todo eso se hace más fácil, y a mi se me hizo mucho más fácil cuando entendí que ese plan no se podía llevar acabo si yo no dejaba todo eso en el pasado. 
Y así fue, llegar a conocer el amor de Dios, el único amor que es sufrido, que es benigno, que no tiene envidia, que no es jactancioso, que no se envanece, que no hace nada indebido, que no busca lo suyo, que no se irrita, que no guarda rencor, que no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad, que todo lo sufre, que todo lo cree, que todo lo soporta y que nunca deja de ser, me hizo no buscar amor en nada, ni en nadie más. 
Al final no se trata de que religión seamos, sino de la relación que construyamos con Dios, haciendo lo que le agrada y dejando lo que le desagrada, y todo eso lo podemos encontrar dentro su palabra.
No es que sea una experta en las cosas que dice la Biblia, ni si quiera he terminado de leerla aún, pero a medida que la voy leyendo, voy descubriendo cosas nuevas; cosas que me sorprenden y me confirman cuán grande es el amor de ese Dios que al principio pensaba que solo quería que hiciera lo que Él decía, mas no sabía que ese mismo Dios me había dejado una verdadera prueba de amor, al dejarme un manual de vida, un manual en el que me pudiera guiar para que Él llevara a cabo su plan perfecto.
"Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis" Jeremías 29:11.
Entonces me di cuenta que no es solo un libro más".